No cabe la menor duda de que el plástico es uno de los materiales más utilizados por la sociedad y eso se debe al sin fin de posibilidades que tiene. Si bien es cierto que algunas de sus aplicaciones son controladas, muchas otras como la utilización del plástico para los embalajes no lo son. El gran problema del plástico cuando se utiliza en productos de usar y tirar es precisamente la cantidad de años que tarda en descomponerse, contaminando gravemente nuestro planeta.
Esta situación está despertando cada vez más el interés de empresas y científicos que buscan aportar su granito de arena a la causa y combatir así el calentamiento global. Precisamente en Oceanides Eyewear damos una segunda vida al plástico convirtiéndolo en gafas de sol y presbicia. Así pues, reciclar es esencial pero también lo es el trabajo que desempeñan algunos científicos para encontrar alternativas biodegradables que no sean perjudiciales para el medio ambiente.
Sandra Pascoe desarrolla un plástico biodegradable a partir del jugo de nopal.
Tras cuatro años de investigación en la Universidad del Valle de Atemajac (Guadalajara), Sanra Pascoe ha desarrollado un plástico biodegradable que se fabrica a partir del jugo de nopal.
El nopal es una planta de la familia de las cactáceas que ha resultado ser, a parte de un producto básico en la alimentación mexicana, un sustituto perfecto de la materia prima derivada del petróleo utilizada para fabricar plástico. Pero… ¿Cuáles son los pasos a seguir para crear el plástico de jugo de nopal?
- Se cortan las hojas de nopal.
- Seguidamente se pelan las hojas.
- Se extrae el jugo de nopal.
- Se mantiene refrigerando durante un plazo de tiempo especifico.
- Agregamos una fórmula química no tóxica.
- Finalmente, se extiende la mezcla y se deja secar.
Este plástico biodegradable se forma con los azucares que se extraen del líquido de las hojas de nopal al mezclarse con otras substancias como la glicerina, proteínas naturales y en determinados casos se le puede añadir algún tipo de colorante de origen natural. Este bioplástico tiene la gran ventaja de que se descompone en menos de tres meses en un ambiente natural, y si entra en contacto con el agua puede descomponerse en menos de dos semanas.
La principal aplicación que se le quiere dar a este nuevo plástico es el de sustituir las bolsas de plástico tradicionales. Sin duda, un 10 para la ciencia con estas iniciativas con las que quieren ayudar a combatir el calentamiento global y proteger el planeta.